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viernes, 29 de junio de 2007
Del Budare a la Hoja… ¡La Cachapa, qué rica!
El maíz es una planta de la familia de las gramíneas, con el tallo grueso, de uno a tres metros de altura, según las especies; hojas largas, planas y puntiagudas; flores masculinas en racimos terminales y las femeninas en espigas axilares resguardadas por una vaina. Es indígena de la América tropical, pero con el descubrimiento de América fue introducido en los países mediterráneos, donde se difundió rápidamente.
En efecto, la planta se ha seleccionado para grano y otros productos, y hoy no sobreviviría si el hombre no la plantase y cultivase. Y viceversa, puede decirse que el hombre del Nuevo Mundo tampoco hubiera podido permitirse descuidar el maíz, ya que era la materia alimenticia básica en casi toda América antes del descubrimiento de Colón.
Las autoridades en la materia no están de acuerdo en cuanto al lugar de origen del maíz, aunque la mayoría coincide en que se extendió desde el centro de Los Andes, en el noroeste de América del Sur, y acaso (¿más tarde?) desde el otro centro, al norte de América Central y México.
Es posible que nunca sepamos cómo fueron los verdaderos comienzos de esta importante gramínea, pero en los tiempos históricos la vemos progresar rápidamente hasta el día de hoy, en que el mundo depende de muchos millones de toneladas de un cereal que no puede existir sin el cultivo.
El maíz, ese mágico y dorado grano, adorado por su origen divino desde tiempos precolombinos, ha sido un importante medio de sustento en Latinoamérica; en Venezuela el maíz se transforma noblemente para convertirse en diferentes platos criollos que siempre halagan el paladar de los venezolanos. Entre estos platos encontramos la cachapa de budare y de hoja, afamadas damas de la culinaria de nuestro país.
Se atribuye el origen de la cachapa a la región central venezolana, los indígenas que habitaban las tierras mirandinas cultivaban el maíz, cereal que fue adorado y considerado de origen divino, tan apreciado fue que su culto se asoció posteriormente con la religión cristiana, acostumbrándose a sembrar granos de maíz en el día de San Isidro Labrador para rendir homenaje a los agricultores, costumbre que aún se conserva en algunos pueblos agricultores venezolanos.
La cachapa es una torta fina de maíz molido, con queso y papelón (o azúcar), cocida en budare; es conocida en toda Venezuela, pero se consume más en la región central. Esa dulzona y maravillosa transformación del maíz en forma de torta fina y redonda suele acompañarse con un buen "queso e? mano" y untarse con mantequilla.
CACHAPA CON QUESO E'MANO
Ingredientes:
12 jojotos muy tiernos.
Papelón o azúcar al gusto.
1/2 cucharadita de sal.
1/2 Kg. de queso e'mano.
1/2 litro de leche
Preparación:
Se desgranan los jojotos y se muelen muy finos (en un molino o en la licuadora), luego se mezclan con el papelón y la sal, hasta obtener una mezcla homogénea, luego se le agrega la leche, eso sí, muy despacio para que no quede la mezcla muy fluida.
En un budare o sartén bien caliente, untado ligeramente con aceite, se coloca un poco de la mezcla (haciendo una torta fina) se deja dorar y luego se voltea dorando por el otro lado. Las cachapas se comen bien calientes y se untan con mantequilla, se pueden acompañar o rellenar con queso de mano. Para rellenar, corte un queso e' mano a la mitad, colóquelo en la cachapa y dóblela. Disfrute de este plato una mañana dominguera o una noche cualquiera que quiera evocar la fértil plenitud de esta tierra y si consigue un buen "suero de leche" báñela sin temor que su cachapa se hará divinamente inolvidable.
CACHAPA DE HOJA
Ingredientes:
10 jojotos tiernos con sus hojas.
1 cucharita de sal.
1 taza de agua.
3/4 de taza de azúcar.
Preparación:
Se pelan los jojotos y se eliminan las hojas en mal estado, guardando las que estén limpias y cuidando que no se mojen. Se desgranan los jojotos, raspando los granos con un cuchillo (sin cortar la tusa). Luego se muelen en un molino grueso o se licuan.
En un envase se mezclan, con una cuchara de madera, los jojotos molidos, la cucharadita de sal, el azúcar y una taza de agua. Se revuelven los ingredientes hasta que la masa alcance una consistencia gruesa.
Se coloca un poco de esta mezcla en una hoja de jojoto y se enrolla, doblando las puntas hacia la mitad para luego amarrarla en el centro con una tira fina que obtenemos de la misma hoja del jojoto.
Se repite este proceso hasta envolver toda la mezcla. Posteriormente, se introducen las cachapas, una a una, y en posición vertical, en la olla que se colocó previamente a hervir y a la que le agregamos dos cucharaditas de sal. El tiempo aproximado de cocción es de 45 minutos. Para saber si están listas se golpean con los dedos y cuando suenen huecas se les baja la temperatura.
Las cachapas de hoja se comen recién hechas, con mantequilla, queso e'mano, queso duro o con lo que usted quiera. Se pueden guardar en la nevera para calentarlas luego.
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