Defensor a ultranza de los sabores Venezolanos, en rescate de la autentica cocina Tradicional.Esta empresa nace de la necesidad de dar a conocer nuestros sabores.
jueves, 27 de agosto de 2009
SEPTIEMBRE.....
Septiembre, mes de vacaciones, regreso a casa, lluvias y calor…
Toto, Giselita y Pedro Ignacio desde temprana edad salieron de Onoto, Estado Anzoátegui, rumbo a la gran capital Caracas, para continuar sus estudios. Toto contaba su gran sorpresa al ver esta ciudad cruzada por tranvías y en especial, haber probado por primera vez el pan de jamón, en la panadería de los antecesores de Claudio Nazoa.
Las residencias estudiantiles, no se caracterizaban por la calidad ni la cantidad de los alimentos servidos, por eso al finalizar cada periodo escolar el regreso a Onoto ocurría con gran alegría y unos cuantos kilos menos.
Al llegar al pueblo, en el caserón, Mate y José María recibían a sus retoños, con muestras de afecto y una que otra lagrima, por lo delgados que venían sus niños, que por cierto siempre viajaban acompañados de muchos compañeros de clases. En la cocina era urgente atender el hambre acumulada de toda una tropa.
De inmediato Mate, entraba en una batalla campal en su gran fogón para atender a los recién llegados.
En esas fechas más que en cualquier otra época del año, se botaba la casa por la ventana y Mate se lucia con sus preparaciones.
Queso de mano, hecho por ella, inmensas cachapas del tamaño de un budare, las toscas y ya olvidadas arepas de maíz Cariaco, su famosa gallina rellena, hallacas, sí…hallacas en septiembre, una inmensa torta de pan que casi siempre se comía sola la golosa de Giselita, y sustanciosos hervidos de gallina o res para recomponer la sangre.
Tan sustanciosas eran estas sopas q siempre se acompañaban de topocho, cazabe y picante, que en una ocasión Pedro Ignacio se desmayo después de haber comido un plato de este “levanta muertos”.
Totico era mi padre, Giselita y Pedro Ignacio mis tíos, Mate y José María mis abuelos, al recordar estas anécdotas de los que ya se han ido, regresan llenos de vida y risas a mi memoria.
En la Actualidad, cuando viajemos en la temporada vacacional de septiembre, además de hacer turismo en nuestro hermoso país, es importante, ir conociendo la cultura gastronómica de cada región.
Lo Bello de Venezuela es la variedad de platos que tiene cada zona.
Lara, las caraotas negras, suero, chivo, la dulce acemita y el queso de trenza.
Zulia con sus patacones, mojito en coco, huevos chimbos y el riquísimo limonzon.
Oriente con los pescados, empanadas, arroz con coco y el dulce de seboruco.
Guayana oliendo a sarrapia y merey, con el pelao y la jalea de mango.
Nuestros fríos Andes, con sus pastelitos, potajes, tradicionales arepas de trigo, dulces de fresas, la granjería a base de dulce de leche y por supuesto los infaltables abrillantados, para que más….
Adentrarse en nuestra gastronomía, es un viaje q nos lleva por aromas, paisajes y caras de nuestra tierra.
No deje de vivir esa experiencia de la que usted y sus hijos no se olvidaran.
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